PAOLO ROVERSI
By Jo García-Garrido, Editor in Chief
En el Palais Galliera, del musée de la Mode de Paris, y hasta el 14 de Julio de este 2024 se está celebrando la exposición monográfica dedicada al fotógrafo Paolo Roversi.
Esta exposición, de la que es director artístico el mismo fotógrafo, siendo curadora Sylvie Lécallier, reúne 140 obras entre imágenes inéditas, impresiones Polaroid, archivos (revistas, catálogos, etc.), y revela el recorrido profesional y artístico de un fotógrafo único.
Paolo Roversi nace en Ravenna, Italia en 1947, y aunque inicia sus estudios en la rama del derecho, poco a poco se va decantando por el mundo de la fotografía que, desde 1972, se convierte en su única actividad artística y profesional. En 1973 se traslada a París donde abre su estudio, siendo que, desde casi el principio empieza a relacionarse con el mundo de la moda, trabajando para importantes cabeceras como la italiana y francesa Vogue, destacando sus magníficos trabajos para el Journal Egoïste.
A pesar de ello no se le puede considerar un fotógrafo de moda tal y como ello se entiende en términos generales, lejos de la urgencia y de las tendencias efímeras, sus fotografías son ajenas al paso del tiempo, con un trabajo llevado a cabo al ritmo de una cámara de gran formato y en su estudio parisino, creando su propia paleta de colores y aplicándola a través del uso especial de la luz que definen su estética. Todo ello convierte su fotografía en verdadero arte. La moda sirve solo como perfecta excusa para crear una obra fuera del tiempo y de la propia moda, fotografía que se reconoce por si sola, por su ambigüedad, las sombras y la luz, sus imperfecciones y desenfoques. Naturalidad bañada de intensidad. Roversi dibuja con la luz y utiliza el color de una manera subjetiva. Su obra nos muestra una belleza que está entre lo pictórico y lo fotográfico, y que la convierte en singular y atemporal.
Su carrera está marcada por sus colaboraciones con los más grandes diseñadores de moda en especial con Yohji Yamamoto y Rei Kawakubo para Comme des Garçons quienes irrumpen en la escena de la moda parisina en los años 80 y le confían sus colecciones dándole total libertad creativa para que el fotógrafo interprete volúmenes, redibuje contornos creando así algo diferente y complementario a la colección. Según palabras de Paolo Roversi “es un poco como fotografiar una obra de arte”
“La ropa guía el desarrollo de la imagen: a partir de los datos plásticos de su forma y color, Paolo Roversi crea su propia visión…. las imágenes de Paolo Roversi regalan a las creaciones de Comme des Garçons, tan severos en el desfile, un aura de seducción y fragilidad”. dice Alexandre Samson, responsable del departamento de Alta Costura y Creacion contempoanea del Palais Galliera,
La lista de diseñadores que acuden a Paolo Roversi para definir su imagen de marca es larga.
En las creaciones de Roversi los colores de la ropa entran en diálogo con el color importado de las gelatinas que se les superponen creando de modo aleatorio. “El creador es el compositor de la música, yo solo soy un intérprete”, subraya el fotógrafo. En el resultado final intervienen desde la química de mezclando pintura acrílica, los accidentes de mezcla de tintes causando manchas informales y cambios cromáticos, hasta la elección de los papeles y de los procesos de impresión para saturar o crear evanescencias.
Para Paolo Roversi toda fotografía es un retrato, sin embargo, aquellos capturados como tal revelan que su compromiso emocional es aun más intenso, buscando un carácter personal. La modelo abandona las poses convencionales en favor de un estado de abandono, y Roversi no le asigna un papel estereotipado, sino que ella posa tal como es, habitando el espacio a través de la sencillez de su presencia. Las actitudes y gestos que adopta la modelo están guiados por los outfits que viste y cuando se trata de desnudos se trata de revelar un aspecto de la feminidad de despojarse de artificios “sin trucos ni adornos, volver a lo esencial del cuerpo”Paolo Roversi inició la serie Nudi, como una oportunidad de creatividad personal en 1983, con un retrato de cuerpo entero de Inès de la Fressange para Vogue Homme. Fue el inicio de una serie que le permitió eliminar artificios e ir a lo esencial. Los aspectos técnicos como la iluminación o la impresión, pretenden alejarse del realismo, y lleva las imágenes de Roversi hacia el lado de la abstracción. Paradójicamente, si bien las imágenes son incorpóreas, casi etéreas, siempre revelan mujeres fuertes y únicas.” La desnudez es otra forma de abolir el tiempo y el espacio de una imagen; da lugar a una cierta sensibilidad, una libertad de tono”dice Guinevere van Seenus en la entrevista que con motivo de la exposición le hace la curadora Sylvie Lécallier
Mientras que en todas partes del mundo todo se ha acelerado, con Paolo Roversi se experimenta una sensación de desaceleración, concentración, entusiasmo por la creación, silencio, … que algo real está sucediendo; “dar tiempo al alma a salir a la superficie y entre en juego lo inesperado”
Todas las imágenes han sido cedidas por Palais Galliera, del musée de la Mode de Paris