Mary Garlic: Moda, Caos y Filosofía Alienígena
Entrevista/ conversación con Mary Garlic por Víctor Aparicio, Fashion Editor of Fantú Magazine. Barcelona 30/10/2024
Hace unos meses, mientras caminaba por las calles del Raval en Barcelona, me dejé llevar por el agasajo de la ropa second hand y el vintage. Entré en una tienda al azar y de repente, me encontré con una chica que, con su halo y humor, compartía mi fascinación por lo antiguo. Allí, entre chaquetas de cuero y vestidos de Westwood, comenzamos a hablar sobre cómo cada prenda vintage tiene el dominio de encarnarnos en personajes.
Más tarde, nos presentamos y para mi sorpresa, descubrí que estaba hablando con la personalidad misteriosa detrás de Mary Garlic, esa marca que había seguido durante años.
Fast forward a cinco meses después: me encuentro con ella de nuevo, esta vez en una tetería china en medio del barrio de Sants, lista para hacerle esta entrevista. Grabadora encendida y sorbito de té, comenzamos una serie de preguntas y respuestas que ahora se despliegan en vuestro smartphone mientras os dirigís a la oficina o encontráis una postura cómoda en la cama, prestos a zambulliros en una conversación que fluye como el té en nuestras tazas.
Diremos que esta entrevista es circular y la comenzaremos por el final, donde, al preguntarle: “Si tuvieras que poner una banda sonora a esta conversación, ¿cuál sería?”, su respuesta fue clara: Chungking Express. Así que, seguiremos su consejo, mientras leéis este artículo, os recomiendo darle al play a esa BSO para entrar en el universo de nuestra entrevistada de hoy: MARY GARLIC.
María José Catalán Vargas (o Mary Garlic, como la conocen los insiders) es una diseñadora de moda upcycling, manchega de nacimiento y escorpiana zodiacal. Su formación abarca desde el diseño hasta las bellas artes, lo que le ha permitido labrar una estética que, a primera vista, puede parecer pintoresca, pero que en su fondo es todo un manifiesto. “No soy trash, soy high-fashion experimental”.
Su camino comenzó en las aulas de diseño de moda en Málaga y se redefinió en las de Bellas Artes en Valencia, donde aprendió que su imaginario no cabía en la norma. Curiosamente, sus profesores la veían más como artista que como diseñadora, una opinión que ha convertido en leña para su arte. Porque para ella, la moda nunca fue cosa de funcionalidad, en lugar de prendas ponibles, creaba esculturas turbadas que desafiaban cualquier noción de practicidad, subrayando en rojo que su arte no tenía voluntad de encajar en el status quo. Y aquí es donde nos adentramos en las tripas de su marca. ¿Quién es, entonces, la persona que lleva sus diseños? El perfil de Mary Garlic no se limita a una sola energía, en su evolución ha pasado de atraer a un público que encontraba afinidad con el arquetipo del “sad boy” a una clientela más diversa y variada. Esto abre interrogante a ¿qué mensaje quieren transmitir sus piezas? “Yo no customizo ropa, yo creo un universo que cuenta historias”, explica. Para ella, el enfoque no se arraiga únicamente en las prendas, sino en los conceptos y personajes que busca personificar a través de ellas. Cada creación no es solo un artículo de moda, sino que también revela secretos y en ocasiones, esboza temas políticos con ironía y eclecticismo. Esta multidimensionalidad en sus diseños transforma el vestir en un acto de expresión personal y social.
Y es justamente esta singularidad la que reside en su óptica como artista más que como diseñadora convencional. “No estoy inventando nada. Todos bebemos de lo mismo, pero es la manera de hacerlo lo que nos diferencia”. Para Mary, el hecho de rediseñar un chaleco en una pieza única es más bello que empezar de cero, porque cada obra encierra en sí misma una historia personal.
“SOY UNA ARTISTA INTRUSA EN EL MUNDO DEL DISEÑO”
Sin embargo, el éxito y el fracaso en su carrera son conceptos que ve de manera diferente. Para Mary, el éxito no se mide en desfiles o semanas de la moda, su verdadero deseo es poder dedicarse absolutamente a su marca. “El fracaso es tener que trabajar en un lugar que no me gusta”, porque en un país como España, donde el arte, y más en concreto la moda, son una lucha constante y un campo minado de inseguridades laborales, su pasión sigue siendo su estrella del norte, un faro luminoso que a pesar de la niebla y el echo de recurrir a trabajos paralelos para mantenerse a flote, la mantiene orientada a su meta.
En la industria de la moda, donde los procesos suelen ser rígidos y delineados, ella se sale del camino de baldosas amarillas y define su proceso creativo como caótico y lleno de espontaneidad. Al crecer en una familia modesta, comenzó a diseñar con ropa de sus padres, convirtiendo los restos en arte. “Nunca me he considerado diseñadora. Lo que más me gusta es dibujar, así que veo la prenda como un lienzo en blanco, al final partes de lo mismo: una tela”.
Más allá de la moda, el cine ha sido como la Gioconda fue para Da Vinci: “La ciencia ficción de los 70 me obsesiona. Películas como Crimes of the Future y Eraserhead representan mi estética de diseño”. Esta conexión con el cine, refleja su embeleso por lo anacrónico y lo antiguo, creando un diálogo entre el pasado y el futuro en sus creaciones. Ahora bien, si pudiera rediseñar cualquier época de la historia de la moda, no lo pensaría dos veces. “El Renacimiento español, es muy marciano y muy yo”. Pero cuando le pregunto sobre el futuro de la moda y la tecnología, su respuesta es inquietante. “Tengo mucho miedo al futuro a nivel tecnológico; ya estamos dominados por máquinas y eso irá a más. No quiero pensar en ello porque me aterroriza, pero al final seremos como Terminator”.
Como cualquier artista, Mary también tiene sus manías. Desde una camisa blanca a rayas rojas que se pone solo cuando está enferma, hasta su obligación de lavarse las manos antes de tender y destender la ropa. “¿A quién vestirías si tuviera la oportunidad?”, le pregunto. “A Rei Ayanami de Evangelion”. “Y si te llegara un encargo para diseñar prendas para una civilización alienígena, ¿cómo sería?” “No solo me gustaría crear la ropa, sino el planeta. Mi civilización alienígena se llamaría Plata 0, y la gente vestiría con linos, elementos ancestrales y buenos tejidos”.
Pero, ¿de dónde surge el nombre Garlic? “En el instituto, una compañera me ayudaba con el inglés y me hacía juegos con mi nombre. Por entonces me llamaban Mari Ajo, y de esta manera nació Mary Garlic”, recuerda con nostalgia.
En un mundo que a menudo clasifica lo elegante de lo casual, Mary desafía esta noción con una filosofía clara: “La elegancia va por dentro. Aunque lleves un chándal lleno de mugre, si eres elegante por dentro, eso se refleja fuera”. Este mantra que ella se repite para sí misma, es un recordatorio que según Carolina Herrera, la moda no es solo sobre la apariencia u ostentosidad, sino sobre la esencia de quien la lleva.
Mirando a futuro, Mary busca apoyo para desarrollar su marca, incluyendo un e-commerce y la creación de colecciones desde cero. “Siempre he hecho drops, pero ahora quiero hacer una colección completa desde cero y hacer un desfile. Pero no cualquier desfile”.
Y así, entre risas, referencias y un té que se nos enfría en la mesa, me doy cuenta de que la moda, en manos de Mary Garlic, se convierte en algo más que una simple self-expression, se transforma en un lenguaje propio que habla de individualidad, resistencia y un poco de locura necesaria para surcar este mundo turbulento.
Porque así es ella: alguien que no diseña para el aplauso, diseña para la narrativa, para los personajes, para mundos que solo ella sabe habitar. Inspirándose en una amalgama de influencias, que van desde la cultura árabe, las grecas, la ciencia ficción de los 70, hasta el renacimiento español. Una diseñadora que vive entre el arte y la moda, y para quien cada prenda es un frame de una historia aún por contar.
Editor in chief @jogarciagarrido
Fashion Editor and words @victor___aparicio
Interviewed @marygarlic2000
Photos and credits provided by Mary Garlic.