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CINE. Las 15 imprescindibles del pasado 2024

Introduction by Alexandra Iglesias, Film Editor

Words by Joan López, collaborator

Para ponerle un lazo rojo a nuestra querida cinematografía del pasado año, a Fantú se nos suma Joan López Alonso, director del Festival Pla y editor de nuestra queridísima plataforma de streaming Filmin, quien nos obsequia con un tardío regalo navideño para recibir este nuevo ciclo, cuando la temporada de premios está a la vuelta de la esquina: una meticulosa y ordenada recopilación de sus 15 largometrajes predilectos de 2024, los que más le han conmovido y los que siente que merecen un puesto en esta lista. Así pues, sin más dilación…

 

15.- Gasoline Rainbow, de los hermanos Ross

Cuando pensábamos que no existía manera de vitalizar un subgénero tan manido como lo son las road movies por los parajes más inabarcables de los Estados Unidos, llegó uno de los combos más imprescindibles del cine independiente americano de los últimos años: los hermanos Ross (“Bloody Nose, Empty Pockets”, “Tchoupitoulas”) nos demuestran que estábamos equivocados.

Un viaje que, de la forma más decidida posible, ha sido retratado con todo el brillo, espontaneidad y vigor que una idea tan volátil como la libertad se merece. Como ya viene siendo habitual en sus últimos trabajos, un desbordante estilo impresionista vertebra, de la forma más reveladora posible, la historia de un grupo de jóvenes de Oregon que se proponen llegar a la costa del Pacífico.

La vimos en la última edición del Americana Film Fest y está disponible en Mubi y Amazon Prime Video.

 

14.- La sabana y la montaña, de Paulo Carneiro

El joven documentalista Paulo Carneiro aterrizaba en un pequeño pueblo del norte de Portugal para proponernos una de esas películas-concepto, una de esas que, más allá del resultado final, nos fascinan al descubrir cómo están pensadas.

Carneiro invitó a todos los habitantes del pueblo, Covas de Barroso, a recrear la lucha en la que se aventuraron contra Savannah Resources, la empresa americana que se decidió a construir la mina de litio más grande de Europa cerca de sus casas. ¿El resultado? Un híbrido entre ficción y documental de lo más combativo en el que caben inevitables referencias al western, un secuestro, e incluso una escena musical final que nos invita a desafíar a todo el que se atreva a frivolizar con la dignidad de cualquier comunidad rural.

La vimos en la Semana del Cine de Valladolid (SEMINCI) y todavía no cuenta con distribución en España.

 

13.- No soy yo de Leos Carax

Hay que ser como mínimo valiente para atreverse a intentar imitar el estilo tardío de Jean-Luc Godard, y si alguien puede serlo este es Leos Carax. Para prueba, su filmografía. Carax homenajea a uno de sus grandes maestros (quizás el mayor) con este film-collage, un ensayo de tan solo 40 minutos que funciona como un autorretrato tanto de su personaje como de su cine.

Un experimento que lleva lo ecléctico al siguiente nivel, pues no solo coge de aquí y de allá para explicarse a sí mismo, sino que abraza, al más puro estilo Godard, todos los malabarismos formales que se le ocurren para seguir ensanchando, cuando las creímos estancadas, las infinitas posibilidades del séptimo arte.

La vimos en el Festival de San Sebastián (SSIFF) y la distribuye Elastica Films.

 

12.- Holy Cow de Louise Courvoisier

En un mundo en el que la industrialización está exterminando los medios de producción de pequeña escala, hay que reivindicar y celebrar esas películas que muestran todo el amor que un oficio artesanal puede desbocar.

Eso le pasa al protagonista de esta simpática y refrescante ópera prima, a quien la temprana muerte de su padre le obliga a descubrir una nueva vocación: la elaboración del queso comté. Una experiencia que, lejos de lo que pueda parecer, no pasa tanto por lo gustativo sino por lo táctil, lo humano y lo emotivo. Cine con denominación de origen.

La vimos en la Semana del Cine de Valladolid (SEMINCI) y la distribuye La Aventura.

 

11.- Parthenope de Paolo Sorrentino

A la vista está que no es, ni mucho menos, una película perfecta. Sin embargo, está repleta de algunas de las secuencias más perfectas del año. Sorrentino sigue dando rienda suelta a sus hipnóticos manierismos para que, inevitablemente, sus imágenes sigan imprimiéndose inexorablemente en nuestras retinas.

El ya consagradísimo director italiano exhibe su maestría creando escenas que de tanta delicadeza erizan la piel, regalándonos así la historia de Parthenope (interpretada por una debutante Celeste Dalla Porta), una joven napolitana cuyas aventuras amorosas sirven para reflexionar sobre la belleza, el amor, la identidad y, sobre todo, su ciudad.

Pero no sólo es una oda a la historia napolitana, sino también a la cinematográfica, pues en nuestros tiempos, desgraciadamente ya no es fácil encontrar una de esas películas en las que, como en el mejor cine clásico, los personajes siempre tienen la respuesta correcta.

La vimos en el Festival de San Sebastián (SSIFF) y está ahora mismo en cines de la mano de BTeam.

 

10.- Eephus de Carson Lund

Todo un descubrimiento que subvierte radicalmente el cine deportivo visto hasta la fecha: lejos de la épica que podríamos esperar de una película sobre béisbol, “Eephus” celebra, de una manera tan divertida como melancólica, todo lo que tiene que ver con el deporte no profesional.

Un cariñoso alegato a favor del amateurismo protagonizado por un grupo de ya veteranos jugadores que, tras años y años yendo a jugar a un más que modesto estadio local, disputan su último partido antes de que construyan una escuela en ese mismo emplazamiento (con homenaje al gran documentalista Frederick Wiseman incluído, en forma de cameo sonoro).

La vimos en la Semana del Cine de Valladolid (SEMINCI) y todavía no cuenta con distribución en España.

9.- Megalópolis de Francis Ford Coppola

No ha sido, para nada, la película más celebrada de Francis Ford Coppola. Sin embargo, tiene su sitio más que merecido en esta lista por proclamarse uno de los testamentos fílmicos más honestos, autoconscientes e imprescindibles de la Historia del Cine.

El director de “El Padrino”, “Apocalypse Now” o “La Conversación”, entre muchas otras, ha querido despedirse de la gran pantalla como a él más le gusta: con una buena dosis de megalomanía. Un adiós cargado de optimismo y humanidad y una de esas obras que, ni que incomprendidas en su momento, esperemos reverenciada en el futuro.

La vimos en el Festival de San Sebastián (SSIFF) y la distribuyó Tripictures.

 

8.- The Sweet East de Sean Price Williams

Sean Price Williams da el salto a la dirección después de convertirse en uno de los directores de fotografía más emblemáticos del cine indie norteamericano (es, de hecho, el encargado de la fotografía de una obra maestra como “Good Time”, de los hermanos Safdie), y lo hace con esta deliciosa renovación punk de “Alicia en el País de las Maravillas”.

Con un joven elenco formado por los rostros que invadirán las pantallas del futuro (Jacob Elordi (“Euphoria”, “Saltburn”), Ayo Edebiri (“The Bear”, “Bottoms”), Simon Rex (“Red Rocket”) o su protagonista, la descomunal Talia Ryder), Williams nos brinda una de las películas más gamberras, desatadas y mordaces del año.

La vimos en el Americana Film Fest y está disponible en Filmin.

 

7.- La sustancia de Coralie Fargeat

Qué decir que no se haya dicho ya de “La sustancia”. La que ya se ha convertido en una de las máximas favoritas para los Óscar de este año tiene sus aduladores y sus detractores, algunos la tachan de demasiado chalada y otros por eso mismo la celebran, pero todos coinciden en una cosa: esta es la experiencia más salvaje del año.

Una propuesta que lleva el esperpento a su máxima expresión, que deforma (literalmente) a sus personajes hasta límites insospechables, y que demuestra que, con mucho talento, valor y actrices que se atreven a arriesgar (imperiales Demi Moore y Margaret Qualley), otro tipo de cine puede llegar a reinar.

La vimos en el Festival de Sitges, distribuye Elastica Films y el 31 de enero llegará a Filmin.

6.- Anora de Sean Baker

Teníamos claro que Sean Baker no tenía una película mala, pero es que cada vez que estrena alguna demuestra que las tiene todas buenas. “Anora”, su último título, puede entenderse como la revisión contemporánea de “Pretty Woman”: sin idealizaciones románticas, con mucho brillibrilli y con conciencia de clase.

Con esa dignidad con la que tan decididamente retrata a todos sus personajes, Baker nos cuenta la vertiginosa aventura entre una trabajadora sexual (interpretada a las mil maravillas por una Mikey Madison que apunta al Óscar) y un joven oligarca ruso. Un anti cuento de hadas con ecos de Tarantino que se hizo con la Palma de Oro en el Festival de Cannes.

La vimos en el Festival de San Sebastián (SSIFF) y está ahora mismo en cines de la mano de Universal Pictures.

 

5.- Robot Salvaje de Chris Sanders

Un estudio de animación experienciado como DreamWorks tiene muchas cimas: “El príncipe de Egipto”, “Shrek”, o “Madagascar” pueden ser algunas de ellas, pero no ha sido hasta este año cuando hemos descubierto que “Robot Salvaje” es, sin duda, la más alta.

Una más que emotiva fábula maternofilial protagonizada por un robot que naufraga en una isla de lo más agreste y por el joven ganso al que apadrina, cuya relación por seguro recordaremos durante mucho tiempo. Una propuesta en la que todas las piezas encajan a la perfección y que, justo por eso, estamos seguros de que te robará el corazón.

La vimos en el Festival de San Sebastián (SSIFF) y está ahora mismo en cines de la mano de Universal Pictures.

4.- Vermiglio de Maura Delpero

Si te gustó “Las ocho montañas”, “Scarlet” o “Le Quattro Volte”, no te pierdas a su más que digna sucesora. “Vermiglio” es la historia de una familia italiana en un pequeño pueblo alpino durante los años 40: una obra bella, íntima, sutil, fría en su exterior, cálida en el interior.

Como las citadas, nos encontramos ante una de esas películas-refugio, filmes que te transportan a parajes en el que el ritmo de vida es otro y que se disfrutan desde aquella apacibilidad que sólo ciertas montañas y entornos rurales pueden ofrecerte. Una pequeña maravilla que ganó el Gran Premio del Jurado en el Festival de Venecia y cuya nitidez demuestra lo difícil que es hacer una película sencilla.

La vimos en la Semana del Cine de Valladolid (SEMINCI) y llegará a nuestros cines el 14 de febrero de la mano de Karma Films.

 

3.- El 47 de Marcel Barrena

Entramos en el podio con la película española del año. Eduard Fernández brilla como de costumbre bajo la piel de Manolo Vital, el personaje real que terminó secuestrando un autobús y conduciéndolo hasta su barrio, Torre Baró, con tal de visibilizar y dignificar a todos los habitantes de las barriadas del extrarradio de Barcelona.

Un relato que desprende autenticidad y que pone en boga el potencial combativo de los movimientos vecinales. Barrena retrata, tal y como hizo con sus muchas diferencias el cine quinqui de los 70 y 80 de José Antonio de la Loma, aquella Barcelona alejada del turismo, las reliquias modernistas y preolímpica. El cine social llevado al más alto nivel.

La vimos en su estreno en salas gracias a A Contracorriente y la puedes ver en Movistar+.

2.- Tótem de Lila Avilés

Una de esas perlas que te encuentras cuando menos te lo esperas. Un delicado y conmovedor drama que, de la sensibilidad que exhala en todo momento, abruma. En su segundo largometraje, la directora mexicana Lila Avilés va un paso más allá y se lo juega todo a una carta: la anárquica preparación de la fiesta de cumpleaños de un hombre, enfermo, desde el punto de vista de su joven hija.

Una premisa que podría derivar en el más trágico de los relatos, pero a la que Avilés decide dar la vuelta llenándola de luz, ternura, inocencia y amor. Una obra que, de tan naturalista, se convierte en anárquica y que, de tan sencilla, se convierte en compleja.

La vimos en su estreno en salas gracias a ADSO Films y la puedes ver en Filmin.

 

1.- Sasquatch Sunset de los hermanos Zellner

Llegamos al final de la lista y, en este caso, lo último por último no solo no es lo peor sino que es lo mejor.

Quién le diría a Jean-Jacques Annaud hace unos treinta años, cuando estrenó «El oso» o «En busca del fuego», que esos filmes, cuyo germen era analizar la naturaleza de los osos y de la especie humana respectivamente, se convertirían en los principales referentes de una película de Bigfoots. Y es que «Sasquatch Sunset», la nueva locura de los hermanos Zellner («The Curse»), es el resultado de una perfecta alquimia.

Bajo una singular mezcla entre documental de naturaleza y el amor por lo fantástico, encontramos divertidas dosis de humor escatológico, recubiertas por esa capa de existencialismo que sólo las especies en peligro de extinción pueden entender. Para rematar, los intérpretes que esconde el pelaje de nuestros tiernos y salvajes protagonistas: Jesse Eisenberg y Riley Keough.

La vimos en el Atlàntida Mallorca Film Festival y la puedes encontrar en Filmin.