

Y SI LA IA POSA MEJOR QUE TÚ… ¿AÚN ERES TÚ?
Por Víctor Aparicio, Fashion Editor of Fantú Magazine. Abril 2025
Siempre imaginé que el fin del mundo llegaría con sirenas de emergencia, voceríos en las calles y atascos en la AP-7, pero no… lo hizo con un mail de Business of Fashion comunicando que H&M en 2025 replicará a 30 de sus modelos usando inteligencia artificial.
¿Perdona?
Así que resulta que en lugar de una hecatombe a lo Nostradamus, tendremos un desfile de modelos que no comen, no duermen, no piden mejores condiciones laborales y, lo peor de todo, ¡¿no tienen ni un solo grano en la cara?!
¿Dónde queda el magnetismo de una supermodelo si puede ser reemplazada por una imagen generada por inteligencia artificial? Porque sí, la tecnología nos ha dado filtros, ediciones y el desenfoque gaussiano, pero ahora quiere hacer desaparecer a las personas de la ecuación. Y no, no puedo simplemente sonreír y hacer como si esto no fuera semejante a un meteorito detonando sobre la industria.
Siendo sensatos: H&M se ahorrará vuelos, hoteles y camerinos llenos de generic coffee. Pero también perderá lo único que hace que la moda sea moda: humanidad y el brillo en los ojos que un software jamás podrá programar.
La marca ha comenzado con una prueba piloto, usando una imagen virtual de un solo modelo, pero si pensabas que esto era un ensayo pasajero, prepárate: las réplicas digitales de modelos reales han llegado para quedarse.
Mango ya hizo ojitos curiosos con la idea en 2024 con campañas protagonizadas por modelos generadas por IA, y ahora H&M ha dado el siguiente paso: crear clones digitales de 30 modelos reales. ¿El propósito? Usarlas en campañas publicitarias y redes sociales, y explorar “nuevas formas creativas” de presentar colecciones. O en otras palabras: si una modelo de carne y hueso es cara, ¿por qué no imprimir una versión digital que de ningún modo pida un aumento de sueldo?
Pero atención, porque aquí viene el giro de guion: a diferencia de otras marcas que han usado IA para diseñar modelos genéricos, H&M no está creando avatares de la nada. No, ellos están clonando a personas reales con técnicas avanzadas basadas en fotografías y vídeos. ¿El lado positivo? Las modelos originales conservarán los derechos sobre sus gemelas digitales y podrán ganar dinero cada vez que sus clones sean usados en una campaña. Algo así como cobrar por estar en dos sitios a la vez, pero sin jet lag.
Por si esto no fuera ya lo suficientemente Black Mirror, algunas de las primeras modelos clonadas son Vilma Sjöberg y Mathilda Gvarliani, caras habituales en Vogue y Chanel. Y, según Business of Fashion, ni siquiera el novio de una de ellas pudo discernir entre su versión real y la digital. Si el amor es ciego, la IA ya le ha puesto un antifaz y unas gafas de sol.
El debate, como era de esperar, ha detonado en la industria. Mientras algunos celebran la innovación, otros se preguntan si las modelos humanas acabarán convertidas en una chaladura vintage. «La gente estará dividida», admitió Jörgen Andersson, director creativo de H&M, en un intento de sonar neutral mientras la moda se escurre hacia un episodio de Westworld. Porque si algo está claro es que la IA se colará en la industria con o sin nuestra aprobación, y las modelos y agencias harían bien en asegurarse de que, al menos, reciben su ración del pastel digital.
Y si H&M ha apostado por la IA, otras marcas no se quedan atrás. La empresa tecnológica Uncut es su socia en este proyecto, pero en España, compañías como The Clueless han ido un paso más allá, clonando influencers y hasta una cantante para que puedan estar en Tokio y Madrid al mismo tiempo. Ya no se trata solo de modelos: la inteligencia artificial está empezando a eliminar la necesidad de equipos enteros de producción, desde fotógrafos, estilistas hasta maquilladores.
Así que, mientras en Nueva York se preparan para aprobar una ley que proteja los derechos digitales de los trabajadores de la moda, en el resto del mundo nos preguntamos: ¿es esto el futuro de la industria o solo otro de esos momentos en los que la tecnología corre más rápido que la moral?
Ahora, no es todo tan negro, lo admito. Nos prometieron que la tecnología haría la moda más democrática, más accesible. Y, en cierto modo, es verdad: la inclusión ya no depende de un pasaporte, un billete de avión o unas medidas específicas. Cualquier diseñador podrá ver su colección en movimiento sin los costos de un desfile, y quizás incluso se abra una nueva puerta para modelos que, en el mundo físico, no hubieran tenido oportunidad. Es un mundo donde la moda puede existir sin límites geográficos ni físicos.
Pero la inteligencia artificial en su ansia por borrar barreras, también está borrando a las personas.
Tal vez en el futuro, cuando veamos campañas sin arrugas y sin tropiezos nos demos cuenta de que la perfección no es más que una quimera. Pero también podríamos descubrir que, bien utilizada, la tecnología puede ser un artilugio para amplificar la creatividad en lugar de asfixiarla. Quizás el equilibrio esté en aceptar la IA sin olvidar que la moda, al final, siempre ha sido y debe seguir siendo humana. Bueno, ya sabes a qué me refiero.
Así que, en resumen, puede que este experimento sea el futuro de la moda, pero no es un futuro que me haga cantar de alegría. Mientras tanto, seguiré disfrutando de esas perfectas imperfecciones humanas mientras me tomo mi sesame latte que hace que todo esto tenga sentido.